La Iniciación Masónica

La iniciación masónica de Misraim: un despertar ético, filantrópico y espiritual

La palabra iniciación viene del latín “Initium”, que quiere decir comienzo.  La iniciación es la puerta de entrada a la Masonería.  Es un proceso ceremonial dramatizado o teatralizado que permite al candidato reflexionar en la conciencia acerca de su vida. 

Es el punto de inicio para comenzar a llevar una vida espiritual apegada a la moral y a la práctica del bien y de la filantropía o amor al prójimo.  El iniciado deja atrás su vida profana y empieza a ser guiado por la ética y la espiritualidad. 

Tiene como símbolo la muerte, muere en el mundo profano imperfecto y nace en el mundo de la luz masónica, que representa una iluminación espiritual y ética. 

Entra en un camino que lo lleva, con la ayuda de Dios, al perfeccionamiento moral, ético, intelectual y espiritual, el cual aplica a nivel personal, familiar, comunitario, social, laboral y cívico. “Initium, Maçon, Mystos” = Inicio de la Construcción Interior.

La iniciación masónica da respuesta espiritual a las interrogantes sobre el pasado, presente y futuro de las personas, el conocimiento de sí mismo, el perfeccionamiento humano, el Ser Superior de Trascendencia, el misterio de la vida y la muerte, el destino y fin de las personas, y las etapas del desarrollo evolutivo del iniciado como Aprendiz, Compañero y Maestro.    

La iniciación es otorgada por las logias, que son los núcleos básicos de confraternidad masónica.  El local donde opera una logia masónica se denomina templo.

 

Máxima Iniciática VITRIOL

Una máxima o idea iniciática que nos llega de la remota antiguedad en latín es la siguiente:

VISTA INTERIORA TERRAE RECTIFICANDO INVENIES OCCULTUM LAPIDEM (VITRIOL)

En castellano se traduce:

VISITA EL INTERIOR DE LA TIERRA Y RECTIFICANDO HALLARÁS LA PIEDRA OCULTA