Declaración del Gran Maestro y Gran Consejo sobre la Independencia y Soberanía de la República Dominicana

Declaración del Gran Maestro y Gran Consejo de la

Gran Logia Nacional de Misraim de la República Dominicana sobre la

 Independencia y Soberanía de la Nación Dominicana

 

El Gran Maestro y Gran Consejo de la Gran Logia Nacional de la República Dominicana manifiestan que el fundador de la Nacionalidad Dominicana y Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte y Díez, fue un insigne masón, quien tuvo una trayectoria de vida apegada a los principios masónicos y ha sido investido con el título de Gran Maestro y Soberano Gran Comendador Post-Mortem de la Masonería Dominicana.

Juan Pablo Duarte dijo en vida que:

“La Nación Dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser jamás parte integrante de ninguna otra Potencia, ni el patrimonio de familia ni persona alguna propia ni mucho menos extraña.”

“La Nación Dominicana es la reunión de todos los dominicanos.”

“Entre los dominicanos y los haitianos no es posible una fusión.”

“Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán siempre víctimas de sus maquinaciones.”

“El Gobierno debe mostrarse justo y enérgico… o no tendremos Patria y por consiguiente ni libertad ni independencia nacional.”

“Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin Honor.”

“Sonó la hora de la gran traición… y sonó también para mí la hora de la vuelta a la Patria: el Señor allanó mis caminos”

Lo anterior está recogido en el Ideario de Duarte recopilado por Vetilio Alfau Durán.

El Gran Maestro y Gran Consejo de la Gran Logia Nacional de Misraim de la República Dominicana declaran, al igual que Duarte, que entre la República Dominicana y la República de Haití y entre la nación y poblacióbn haitiana y la nación y población dominicana no es posible una fusión ni confederación de estados-naciones, ya que son países independientes y soberanos, con culturas, idiomas, costumbres, sociedades y economías muy diferentes.  Por consiguiente, rechazan enfáticamente la pretensión de poderes extranjeros y de diversos políticos, de tratar de disolver a la nación dominicana y a la nación haitiana para fusionar las dos repúblicas y naciones.

Rechazan de igual forma las declaraciones del Presidente de Haití, Michel Martelly, de impulsar la fusión entre Haití y la República Dominicana, expresadas en una entrevista que le hizo la periodista Nuria Piera, la cual fue presentada en la televisión dominicana, y de la cual fueron testigos decenas de miles de dominicanos.

Consideran que la República Dominicana y la República de Haití son estados y naciones independientes y soberanas, que tiene cada una el derecho de establecer libremente sus políticas migratorias en el marco de la ley y los derechos humanos, y que la solución a los problemas de una, no debe procurarse a través del perjuicio, el menoscabo y el daño a la otra.

Refutan categóricamente la pretensión de poderes extranjeros en contubernio con sectores locales, de que la República Dominicana abandone su soberanía como nación y acepte de forma pasiva que la mayor parte de los habitantes de otro país, con una población mayor a la dominicana, emigre masivamente hacia territorio dominicano, como una manera de forzar a que la República Dominicana sea el lugar donde se resuelvan los problemas económicos y sociales de la otra nación.  En tal sentido, no existe una solución dominicana para las grandes y profundas dificultades y problemas políticos, económicos y sociales que atraviesa la nación haitiana.

Denuncian y cuestionan la actitud hipócrita de sectores extranjeros y de países muy poderosos que no aceptan bajo ningún concepto migraciones masivas en sus territorios, pero presionan de forma agresiva, abusiva y desconsiderada a la República Dominicana para que reciba de manera incondicional a una población super numerosa de millones de personas que desborda completamente la capacidad de la Nación Dominicana para acogerlos y que atenta directamente contra la propia estabilidad y existencia de la Nación y el Estado Dominicano.     

Observan la actitud insolente e irrespetuosa de muchas de las naciones del Caribe, que tampoco aceptan emigrantes en sus territorios y los deportan de inmediato a sus países de origen, pero no obstante, ejercen el chantaje en contra de la República Dominicana para que reciba abiertamente en su territorio a todos los millones de extranjeros que deseen entrar y permanecer en el país, incluso de forma ilegal.

Defienden la presencia de determinada cantidad mínima de extranjeros en el país, incluyendo a los queridos hermanos haitianos, así como los derechos humanos de los mismos, que siempre han sido respetados por el Estado Dominicano, y manifiestan que lo que no puede hacer la República Dominicana es cargar con la mayor parte de los habitantes de otra nación, ya que el Deber Principal del Estado Dominicano es con sus nacionales.

Rechazan cualquier tipo de injerencia e irrespeto de parte de organismos y potencias extranjeras sobre la soberanía e independencia de la República Dominicana y de la República de Haití, por tanto, consideran como una amenaza y una agresión inaceptable las presiones injustificadas que determinados poderes foráneos están ejerciendo en base a manipulaciones, mentiras y difamaciones.

Sugieren que la única vía para solucionar las limitaciones políticas, económicas y sociales de la República Dominicana y de la República de Haití es a través del trabajo, la educación, la organización, el diálogo constructivo, la concertación, la democracia, la cooperación, la ayuda mutua y la buena vecindad, como medios para alcanzar el desarrollo de ambas naciones, de manera que ni dominicanos, ni haitianos, se vean en la necesidad de emigrar masivamente fuera de sus fronteras para buscar una vida mejor.  Dominicanos y haitianos deben establecer mecanismos de asistencia, cooperación y ayuda recíproca para procurar el desarrollo integral de la República Dominicana y de la República de Haití.