Juan Pablo Duarte, Gran Maestro y Soberano Gran Comendador Post-Mortem de la Francmasonería de la República Dominicana, Padre de la Patria y Fundador de la Nacionalidad Dominicana

Reseña Histórica de Juan Pablo Duarte en el Bicentenario de su Nacimiento:

La Dimensión Masónica del Padre de la Patria

  

Breve Recuento de la Vida y Trayectoria de Duarte

Juan Pablo Duarte es el Padre de la Patria y fundador de la nacionalidad dominicana.

Es considerado como Gran Maestro y Soberano Gran Comendador Post-Mortem de la Masonería Dominicana.

En vida fue comerciante, contador, militar, escritor, poeta, político, masón e independentista.

Nació en la ciudad de Santo Domingo, en fecha 26 de enero de 1813.  Sus padres fueron el comerciante español Juan José Duarte Rodríguez y la dominicana seibana de ascendencia española Manuela Díez Jiménez.  Estos habían emigrado a Puerto Rico en 1802, debido a la ocupación de Santo Domingo Español por Toussaint Louverture y luego por Francia.  Regresaron a la ciudad de Santo Domingo en 1809, luego de que la parte oriental de la isla volviera al control español.

Duarte fue miembro de una familia acomodada que se preocupó por su educación.  A los seis años aprendió a leer y escribir, luego continuó con clases particulares de lectura, escritura, gramática, aritmética y contabilidad con el profesor Manuel Aybar.  En su adolescencia estudió filosofía y derecho romano con el profesor Dr. Juan Vicente Troncoso, francés con el profesor Auguste Brouard e inglés en un viaje que realizó a Nueva York.

Alrededor de los 15 años de edad viajó a Europa desde Nueva York con Silvano Pujol, un amigo de su familia.  En ese continente permaneció por cerca de cuatro años, visitando Inglaterra, Francia y España.  Durante su estadía en el Viejo Mundo, pudo apreciar los aires de libertad que se vivían en ese momento en los países donde estuvo. Regresó a Santo Domingo a los 19 años, en 1832, para dedicarse a trabajar en los negocios de la familia.

En 1821 José Núñez de Cáceres había declarado la independencia efímera de España.  Sin embargo, esa independencia duro poco, ya que en 1822 Jean Pierre Boyer invadió la parte este de la isla de Santo Domingo.  El 6 de enero de 1823, Boyer decretó el reclutamiento en el ejército haitiano de todos los jóvenes dominicanos entre los 16 y los 25 años de edad.  Debido a dicho decreto, Duarte ingresó en su adultez temprana al ejército haitiano, durando en este el tiempo suficiente como para aprender las artes militares básicas, que luego puso al servicio de la independencia del país.

En fecha 16 de julio de 1838, Duarte funda y dirige La Trinitaria, que fue una agrupación secreta que comenzó la labor de socavar la ocupación haitiana y procurar la libertad de los dominicanos.  La sociedad patriótica La Trinitaria fue la iniciadora y propulsora de la independencia nacional.  Duarte también fundó en 1940 dos sociedades adicionales: La Filantrópica y La Dramática.  Estas tenían el propósito de propagar por medio de la literatura y del teatro el mensaje de libertad al pueblo dominicano.

Esta es la etapa más intensa de la lucha revolucionaria e independentista de Duarte.  Las agrupaciones que creó, posibilitaron junto a los sectores conservadores la libertad del pueblo dominicano con respecto al yugo haitiano. Es de notar y destacar el juramento que prestaban los miembros de La Trinitaria, el cual fue ideado por Duarte:

 “En nombre de la Santísima, Augustísima e Indivisible Trinidad de Dios Omnipotente: juro y prometo por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano y a implantar una república libre, soberana e independiente de toda dominación extranjera, que se denominará República Dominicana; la cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos, encarnados y azules, atravesado con una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales: Dios Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el mundo. Si tal hago, Dios me proteja: y de no, me lo tome en cuenta y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición si los vendo”.
 

En el año 1843, Charles Hérard desplaza a Boyer del poder y se convierte en Presidente de Haití.  Cuando Herard se entera de los planes independentistas de Duarte y los trinitarios, inicia una feroz represión y persecución contra los mismos, viéndose Duarte obligado a exiliarse en Curazao para evadir la persecución y para comprar armas para la independencia nacional.  La independencia se proclama el 27 de febrero de 1844 y el 15 de marzo del mismo año Duarte regresa a Santo Domingo con un cargamento de armas compradas en Curazao con el producto de la venta de sus bienes personales y familiares.  Esas armas tenían el propósito de reforzar la capacidad combativa del recién creado ejército dominicano.

Duarte fue recibido ese 15 de marzo de 1844 en el puerto de Santo Domingo apoteósicamente como Padre de la Patria, Miembro de la Junta Central Gubernativa y General de Brigada Comandante del Departamento de Santo Domingo. 

Cuando Duarte se da cuenta de que la Junta Central Gubernativa liderada por el conservador Tomás Bobadilla y Briones tiene planes de convertir al país en un Protectorado Francés, encabeza un Golpe de Estado que quita a Bobadilla y compartes, y los sustituye por independentistas dirigidos por Sánchez.  Mella declara a Duarte como Presidente de la República Dominicana, pero este responde que estaba dispuesto a aceptar la Presidencia solo si la mayoría del pueblo dominicano votaba por él.  Luego, cuando el ejército dominicano del norte proclama unilateralmente a Duarte como Presidente, Santana protesta y disuelve la Junta Central Gubernativa en Santo Domingo, ya que era comandante del ejército del sur.  Duarte se retira de ese conflicto para evitar que surja una contienda entre los ejércitos del norte y del sur, la cual fuera aprovechada por los haitianos para tratar de invadir nuevamente el país.

Luego que Santana se afianza en el poder, dispone el apresamiento, deportación y exilio permanente de Duarte.  El Padre de la Patria pasa entonces a Hamburgo, Alemania, y finalmente se radica en La Guaira, Venezuela.  Posteriormente se muda a la ciudad de Angostura próximo a la selva venezolana. 

Duarte se entera de la Anexión de la República Dominicana a España, organiza en 1864 una expedición que desembarca en Montecristi y se pone al servicio del gobierno y el ejército restaurador.  Luego de lograrse la restauración de la independencia nacional, Duarte es enviado como representante en el exterior para recabar el apoyo de otros países para la consolidación de la independencia dominicana.  Muere en Caracas el 15 de julio de 1876 a la edad de 63 años.   

 

El Duarte Masón 

La Francmasonería ingresó a nuestro territorio por medio de los diversos procesos de colonización y dominación, primero francés y luego español, pasando después al haitiano.  Sin embargo, la Orden Masónica trajo dentro de sí ideales de libertad que de alguna forma contribuyeron a la toma de conciencia para la liberación e independencia de las naciones del Continente Americano.  Sobre la filiación masónica de Duarte, Enrique Patín afirma lo siguiente:

Louis Ferrand, Gobernador de Santo Domingo Español, fundó la primera logia masónica en el territorio dominicano en el año 1803, que llevó el nombre de “La Fraternité”.  Con la expulsión de los franceses, después de la derrota de Palo Hincado, la Masonería francesa de Ferrand desapareció, luego de haber subsistido seis años, de 1803 a 1809.  Después de la salida de Ferrand, la Masonería se hizo clandestina hasta el establecimiento en el país de la Masonería española de Pascual Real, Gobernador y Capitán General de la Colonia.  Esta Masonería fue posible porque en esa época España permitió la Masonería en sus territorios y en sus colonias.  Dicha Masonería duró dos años, de 1819 a 1821.  Al producirse la anexión haitiana, se estableció la Masonería de Haití, que duró veintidós años, desde 1822 a 1844”.

A una de esas logias haitianas, la “Constant Union” No. 8,  perteneció Juan Pablo Duarte y Diez, fundador de la Patria y de la nacionalidad dominicana.  Después de lograrse la independencia el 27 de febrero de 1844, se funda en Santo Domingo el día 24 de octubre del año 1858, la Gran Logia de la República Dominicana, que en aquella época se llamó Gran Logia Nacional”.

 

Dimensión Masónica de Duarte

Juan Pablo Duarte conjuga en su persona los más puros ideales y virtudes masónicas:

-Duarte es el Padre y Autor de nuestra nacionalidad y de nuestra independencia.  Es quien le da nombre y bandera a la nación dominicana.  Esto está establecido en el Juramento Trinitario y en las siguientes afirmaciones de Duarte:

“Siendo la Independencia Nacional la fuente y garantía de las libertades patrias, la Ley Suprema del pueblo dominicano es y será siempre su existencia política como Nación libre e independiente de toda dominación, protectorado, intervención e influencia extranjera, cual la concibieron los Fundadores de nuestra asociación política al decir el 16 de julio de 1838, DIOS, PATRIA Y LIBERTAD, REPUBLICA DOMINICANA, y fue proclamada el 27 de Febrero de 1844, siendo, desde luego, así entendida por todos los pueblos, cuyos pronunciamientos confirmados y ratificados hoy; declarando además que todo gobernante o gobernado que la contraríe, de cualquier modo que sea, se coloca ipso facto y por sí mismo fuera de la ley”.
 

-Duarte es el paladín de la libertad, igualdad y fraternidad del pueblo dominicano, ya que abogó por la unión de todos los sectores, razas y credos en la sociedad dominicana.  Dice:

La nación dominicana es la reunión de todos los dominicanos.
 

-Duarte es el defensor de la independencia, cuando manifiesta:

“Dios ha de concederme bastante fortaleza para no descender a la tumba sin dejar a mi patria libre, independiente y triunfante”.

La Nación dominicana es libre e independiente y no es ni puede ser jamás integrante de ninguna otra Potencia, ni el patrimonio de familia ni persona alguna propia ni mucho menos extraña.
 

-Duarte es el paradigma del patriota, cuando afirma:

“Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin honor”.

Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda Potencia extranjera o se hunde la isla.
 

-Duarte es el prototipo del espíritu emprendedor y perseverante, cuando dice:

No he dejado ni dejaré de trabajar a favor de nuestra santa causa haciendo por ella, como siempre, más de lo que puedo; y si no he hecho hasta ahora todo lo que debo y he querido, quiero y querré hacer siempre en su obsequio, es porque nunca falta quien desbarate con los pies lo que yo hago con las manos.
 

-Duarte es ejemplo de sacrificio y abnegación, cuando proclama:

Por desesperada que sea la causa de mi Patria, siempre será la causa del honor y siempre estaré dispuesto a honrar su enseña con mi sangre.
 

Sensible a la honra que acabareis de hacerme, dispensándome vuestros sufragios para la primera Magistratura del Estado, nada me será más lisonjero que saber corresponder a ella llenando el hueco de vuestras esperanzas, no por la gloria que de ello resaltaría, sino por la satisfacción de veros, cual lo deseo, libres, felices, independientes y tranquilos, y en perfecta unión y armonía llenar vuestros destinos, cumpliendo religiosamente los deberes que habéis contraído para con DIOS, para con la PATRIA, para con la LIBERTAD y para con vosotros mismos.
 

Arrojado de mi suelo natal por ese bando parricida que empezando por proscribir a perpetuidad a los fundadores de la República ha concluido por vender al extranjero la Patria, cuya independencia jurara defender a todo trance, he arrastrado durante veinte años la vida nómada del proscrito.
 

-Duarte es el propulsor del trabajo, cuando expresa:

“Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos. Trabajemos, trabajemos sin descansar, no hay que perder la fe en Dios, en la Justicia de nuestra causa y en nuestros propios brazos”.
 

-Duarte es el abanderado de la justicia, cuando dice:

“Sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ese es el primer deber del hombre; sed unidos, así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro, al veros libres, felices, independientes y tranquilos”.
 

“La Nación está obligada a conservar y proteger por medio de leyes sabias y justas la libertad personal, civil e individual, así como la propiedad y demás derechos legítimos de todos los individuos que la componen; sin olvidarse para con los extraños, a quienes también se les debe justicia, de los deberes que impone la filantropía”.
 

“Todo poder dominicano está y deberá estar siempre limitado por la ley y ésta por la justicia, la cual consiste en dar a cada uno lo que en derecho le pertenezca”.